Para que sea una moneda argentina estable y autónoma de toda injerencia imperialista.
El
gobierno K, que arrancó con debilidad política en 2003, aprovechó la
maxidevaluación duhaldista que deprimió los salarios –en beneficio
principalmente de los monopolios imperialistas agro-mineros y automotrices
exportadores– y la reversión del ciclo económico en el mundo –con crecientes
precios internacionales de los granos y sus derivados– para acumular reservas y
estimular el consumo interno, expandiendo el gasto público y garantizando
grandes beneficios a capitalistas amigos.
El
kirchnerismo usó el gobierno nacional para fortalecer su propio grupo y para
aliarse con monopolios y terratenientes que le han permitido constituirse en un
nuevo sector hegemónico en el bloque dominante. Esta política ha significado
nuevas dependencias para nuestra patria vinculadas al desarrollo del complejo
sojero y automotriz, produciendo una mayor concentración y extranjerización de
la tierra y de toda la economía con la inclusión creciente de un nuevo
protagonista: el imperialismo chino.
A
su vez el gobierno, junto al uso político del gasto, ha generado niveles
escandalosos de corrupción, principalmente en la obra pública nacional, y la
que direcciona a su antojo a las provincias.
Hasta
el 2007-2008 la inflación era del orden del 8% anual, esa inflación tiene su
origen en la renta terrateniente, incorporada en los costos de producción de
nuestros productos primarios, en el precio de los alimentos y por el aumento
del precio de la tierra urbana en el precio de viviendas y alquileres. La
sojización inseparable del modelo K, empuja para arriba el precio de
los alimentos y viviendas.
Las
luchas obreras lograron ganarle a la inflación hasta el 2008, recomponiendo en
parte lo perdido con la devaluación del 2002, con lo que los empresarios vieron
caer una parte de la fabulosa tasa de ganancia inicial. Esto, sumado a las
primeras oleadas de la crisis internacional los llevó a retacear las
inversiones que habían hecho en los primeros años del “modelo”, restringiendo
así la oferta de bienes que se hace rígida ante una demanda por consumo que es
creciente.
El
Gobierno K estiró la situación incrementando los subsidios y frenando las
tarifas y el precio de la energía para contener en cierta medida los
requerimientos salariales y recomponer la caída de la tasa de ganancia
industrial. Asimismo instrumentó medidas para amortiguar los efectos sociales
de la falta de inversión, medidas que incrementaron el consumo pero alimentando
la inflación que saltó arriba del 20% instalándose desde ese momento como un
flagelo creciente.
Las
reservas que llegaron a más de 52.000 millones de dólares fue usada para pagar
la deuda pública externa e interna en gran parte fraudulenta y
para sostener este esquema, liquidándose ya más de 10.000 millones de
dólares en vez de invertir en obras de infraestructura que faciliten la
producción de bienes. Con los fondos así rifados se podría haber desarrollado
una red ferroviaria plena, que desde el 2008 hasta aquí hubiera permitido
gastar mucho menos combustible en el traslado de cosechas y bienes y hubiera
elevado la oferta laboral, o nos hubiera dado real autonomía petrolera
invirtiéndolos en YPF.
El
déficit fiscal que se genera por el manejo de las cuentas por parte del Estado
(gasto para consumo, corrupción, subsidios, deuda pública, etc.), versus
ingresos fiscales que no tocan lo fundamental de las extraordinarias ganancias
de los monopolios y terratenientes, en tanto le quita ingresos a los
trabajadores, chacareros, Pymes, etc. El impuesto inflacionario es una vía de
los monopolios para morigerar la caída de la tasa de sus ganancias y es usado
por el gobierno para su política, mientras otra parte del gasto público es
cubierto con emisión monetaria y el uso de fondos del Banco Central, ANSES y
PAMI.
En este contexto proponemos:
I)FRENAR EL AUMENTO DE LOS PRECIOS
1.-Eliminar el IVA de la
canasta básica alimentaria. Juntas Nacionales de Granos y Carnes que garanticen
precios populares y estables de la canasta alimentaria. Ejercer un verdadero
control de precios, a través de los Cuerpos de Delegados, Comisiones Internas,
organizaciones sindicales, sociales, de consumidores y Pymes del comercio.
2.-Precios sostén en origen
para la producción de pequeños y medianos chacareros y reintegro a las
exportaciones regionales de los mismos. Retenciones segmentadas a la soja
a favor de los pequeños y medianos chacareros, coparticipables a las
provincias. Ley de Arrendamiento en camino a una Reforma Agraria integral.
II) DEFENDAMOS EL PESO ARGENTINO:
La
inflación actual, que podemos llamarla galopante porque supera los 2 dígitos,
produce un desprestigio de la moneda que anula su razón de ser: valor de
transacción, de ahorro y de crédito, lo que provoca que la gente se la quiera
sacar de encima. Esto hace que se acelere cada vez más la circulación de la
moneda, lo que sumado a la mayor emisión, provoca un círculo ascendente
inflacionario.
Para poder revertir esta situación es necesario
un conjunto de medidas que proponemos:
1.-Prohibición de toda
transacción que no sea en moneda argentina.
2.- Estricto control de
cambios de moneda, del crédito y del comercio exterior con control obrero y
popular a través de sus organizaciones, terminando con el negociado de la
subfacturación y la sobre facturación que realizan actualmente los monopolios
exportadores e importadores.
3.-Por una
reforma monetaria que,
junto a eliminar la especulación inflacionaria, oriente el uso del dinero y las
divisas hacia el mejoramiento de los salarios y jubilaciones, precios sostén en
origen a las producciones regionales, créditos para las Pymes y pequeños y
medianos chacareros, etc., así como fondos para la reactivación plena de la
industria nacional como los ferrocarriles, una YPF 100% estatal, una industria
naval nacional, etc.
·
Esta reforma monetaria implicará el cambio del signo monetario, creando una nueva
moneda y su reconversión de 1 a
10. Es decir, un nuevo peso equivaldrá a $10 actuales. Una vez puesta en
vigencia la reforma, automáticamente el $ actual dejará de tener validez.
·
Dicha reconversión tendrá las siguientes características: a los
trabajadores, Pymes, pequeños y medianos productores se le otorgará la
reconversión automáticamente, mientras que a las grandes empresas, pooles,
terratenientes y bancos se les otorgará lo necesario para su funcionamiento
normal, reservando el remanente para la conformación del Forepronaneso (Fondo de recuperación de la
producción nacional y necesidades sociales). De esta manera, a una gran empresa
como Kraft, se le destinará lo necesario para garantizar la continuidad de la
producción (compra de insumos, pago de energía, pago de sueldos, etc.),
asimismo, si dicha empresa no se pone en contra de la reforma y colabora –por
ejemplo manteniendo a todos los trabajadores, efectivizando a los tercerizados,
no aumentando los precios, etc.–, podrá ser promocionada con el reintegro de una
parte de los saldos de reconversión.
·
Control estricto de la emisión de la nueva moneda por el Banco
Central.
·
Reorientar el gasto público eliminando el dinero espurio de la
corrupción, los subsidios de los servicios públicos sin aumento de tarifas,
ningún sueldo de funcionarios mayor al de un obrero calificado.
III)DEFENDAMOS EL
SALARIO, LA INVERSION NACIONAL Y EL FEDERALISMO
1.-Aumentos en paritarias
que cubran la Canasta Familiar Total, hoy de $10.200. Febrero 2013.
2.-Eliminación del impuesto
a las Ganancias a los trabajadores: el salario no es ganancia.
3.-82% móvil para todos los
jubilados y devolución del PAMI a sus legítimos dueños.
4.-Universalización y
unificación de las Asignaciones Familiares sin tope.
5.-Universalización del
plan Argentina Trabaja a los desocupados y aumento de sus salarios.
6.-Eliminación del artículo
9 del decreto de la Asignación por Hijo, que excluye de la misma a
los desocupados con planes.
7.-Coparticipación federal
de todos los impuestos federales.
8.-Eliminar el impuesto al
cheque para las pequeñas y medianas empresas.
9.-Usar las reservas para
desarrollar bajo control pleno de YPF y sin concesiones el yacimiento de Vaca
Muerta, una red ferroviaria con sus talleres nacionales y una flota naval
nacional.
IV)HAY PLATA SI LA REDISTRIBUIMOS
1.-Aumentar en un 50 % la
tasa del impuesto a las ganancias de las 500 más grandes empresas monopólicas,
las mineras, el sector financiero y los monopolios exportadores de granos y
oleaginosas, grandes terratenientes y pooles de siembra que son los principales
ganadores del modelo. Escalas y tasas progresivas para los niveles más altos en
el Impuesto a las ganancias.
2.-Evaluación de la tierra
de los grandes terratenientes sojeros a los valores reales de mercado y
aplicarles una alícuota acorde a la renta extraordinaria que reciben.
3.-Gravar las transacciones
financieras y el juego en manos de grandes grupos como Boldt y Cristóbal
López que hasta hoy no pagan impuestos, y aumentar el pago de regalías mineras
a un mínimo del 30 % del valor de la producción controlada por el Estado y no
en base a declaraciones propias de las empresas.
4.-Restitución del 21% de
las contribuciones patronales a cargo del los grandes monopolios, bancos y
entidades financieras.
5.-Suspensión e
investigación de la deuda externa e interna en moneda extranjera. No al pago de
la deuda ilegítima y fraudulenta. No pagar al Club de Paris.
6.-Anulación de todas las
concesiones ferroviarias e investigación de todas las contrataciones de obras
públicas y subsidios sospechados de corrupción, con participación de las
organizaciones sindicales, sociales y de Pymes, y castigo ejemplar a sus
beneficiarios y promotores políticos. Anulación de los acuerdos con China para
la renovación ferroviaria. Anulación de todas las concesiones de Vaca Muerta.
La lucha por aplicar estas medidas hace imprescindible reagrupar
en un frente a las fuerzas obreras y populares, patrióticas, democráticas y
antiimperialistas, para enfrentar la política inflacionaria del gobierno K de
descargar el ajuste y la crisis sobre el pueblo y profundizar el camino del
Argentinazo y la Rebelión Agraria y Federal que permita imponer un gobierno
popular, patriótico, democrático y antiimperialista hegemonizado por la clase
obrera.