martes, 8 de noviembre de 2011

Informe del Comité Central del PCR.- Sobre la situación política

Informe  del Comité Central del PCR

Sobre la situación política

1. Amplio triunfo de Cristina K
Cristina Kirchner logró un triunfo contundente, amplio, en las elecciones del 23 de octubre, con el 54,11% de los votos. Votó el 79,39% del padrón, fue la participación más alta desde 1983. La votó la mayoría de los asalariados, de los más pobres, sectores muy importantes de las capas medias, y logró un avance notorio en sectores de la juventud. La votó la mayoría de los obreros de fábricas hasta en empresas con un proletariado muy combativo.
¿Por qué votaron esas masas a Cristina K? Un peso importante tiene el factor económico: vientos a favor de la economía mundial crearon condiciones para un crecimiento importante durante la mayor parte de su gobierno (con la excepción del año 2009). Esa situación le permitió al gobierno hacer concesiones económicas que influyeron mucho en las masas que ven que están mejor que en el 2002: la jubilación sin aportes previos, con la moratoria, y muchísimas pensiones, que beneficiaron a 2.700.000 mayores, la asignación por hijo, las cooperativas Argentina Trabaja, aumentos salariales en las paritarias, distribución de computadoras a estudiantes, etc. Semejante viento de cola mejoró la situación, también, de sectores profesionales, artistas, intelectuales, científicos, y sectores de la burguesía nacional.
Cuando llegó la primera oleada de la crisis en el 2009, que fue muy dura, el gobierno tomó medidas como los “repro”. Con la subida del precio internacional de la soja y el aumento de la producción y la exportación de automotores, entre otros sectores, se produjo una reactivación importante de la economía nacional. De cada 100 jóvenes, 80 consiguieron trabajo, aunque ese trabajo es mayoritariamente precario (por agencia, con contrato, en empresas tercerizadas, etc.). El gobierno logró imponer su discurso de que su política había “domado a la crisis”, a diferencia de los países europeos golpeados brutalmente, que aplicaban ajuste tras ajuste.
Este año, al comenzar a sentirse una nueva oleada de la crisis, el gobierno pudo llegar a las elecciones negociando con las patronales de los sectores afectados para frenar suspensiones, despidos, etc.
Así, el gobierno logró imponer en grandes masas tres balances a su favor: 1) “nos sacó del 2001”, 2) “Salió bien del 2009”, y 3) “Mirá como está el mundo, acá están haciendo mejor las cosas”.

Para su objetivo electoral, el gobierno dispuso de una recaudación de impuestos que batió todos los récords, con presupuestos armados para dejar en sus manos, sin control, gigantescas sumas de dinero. Un ejemplo de esto se vio en Tucumán, donde se les dio créditos a los empleados estatales, y ahora piden adelantos para llegar a fin de mes. Y dispuso también de un inmenso aparato publicitario, manejando los medios del Estado, los discursos en cadena nacional, y el multimedios que ha ido armando el grupo K.
Mientras hacía concesiones económicas a masas el gobierno dejó correr la fuga de dólares hasta estas elecciones, para llegar con “la imagen” de “una economía sana”, opuesta a la de una Europa en crisis. Para mantener esa “imagen” el gobierno le hizo perder al Banco Central 4.000 millones de dólares de las reservas. Ese dinero se podría haber usado para pagar un año de salarios de varios cientos de miles de nuevos trabajadores de las cooperativas de Argentina Trabaja. O para reactivar toda la red ferroviaria, en lugar de pagarle a los monopolios imperialistas chinos 10.000 millones de dólares para reactivar el ferrocarril Belgrano Cargas (incluyendo las “comisiones” de Franco Macri).
Ahora, el gobierno ha tomado algunas medidas como la exigencia a los monopolios mineros y petroleros de liquidar en la Argentina sus ingresos por exportaciones. Es una medida financiera positiva, pero limitada. No les prohíbe comprar dólares y ni sacarlos del país. No les aumenta los impuestos a las mineras que pagan solo el 3% de regalías, y el 1% si sacan el mineral por puertos patagónicos. A las petroleras les permite seguir exportando, les prolongó los contratos hasta por 40 años y les aumentó el precio en boca de pozos supuestamente nuevos (planes “petróleo plus” y “gas plus”) provocando el aumento de los combustibles. Todo esto pese a que no invierten en exploración, incumpliendo los contratos y provocando el retroceso de la producción que obliga a importar gasoil y gas a precio internacional por miles de millones de dólares.
Ante la inflación y la fuga de divisas, el gobierno no toca las fabulosas ganancias que han hecho los monopolios y grandes terratenientes en los años de bonanza. No tocan, en lo fundamental, las ganancias de esos grupos porque el grupo K es un grupo de burguesía intermediaria del imperialismo, y junto a sus socios y aliados hegemonizan el bloque dominante en la Argentina. Son los que más crecieron en estos años a la sombra del poder. Un ejemplo de lo que decimos es que los Kirchner, asociados con Eskenazi, reciben año a año cientos de millones de dólares de las regalías que cobran por sus acciones en YPF-Repsol. Esas regalías son producto del trabajo de los obreros de YPF en la Argentina, pero van a los bolsillos del monopolio imperialista Repsol en España, para pagar las acciones que compraron Kirchner y Eskenazi. Otro ejemplo. Un desocupado paga el impuesto de cada alimento que consume, pero el juego (casinos, bingos, etc.), no paga impuestos, negocio en el que los Kirchner, asociados con Lázaro Báez, tienen grandes inversiones. Las transacciones financieras (los Kirchner tienen plazos fijos, acciones, bonos), tampoco pagan impuestos.

También pesaron para el voto de grandes masas a Cristina Kirchner, hechos en el terreno democrático, como el cambio de la Corte Suprema, la anulación de las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, los juicios a los genocidas como el reciente de la causa ESMA, el matrimonio igualitario, la ley contra la violencia a la mujer, etc.
En el terreno nacional, el gobierno fue modificando algunas de sus posiciones, como se vio en la celebración del Bicentenario de la Independencia y su discurso sobre Malvinas. Desde el inicio produjo algunos hechos como el bloqueo al ALCA en la cumbre presidencial de Mar del Plata, sus críticas al FMI, la estatización de las AFJP y de Aerolíneas Argentinas. Tuvo otros cruces con los yanquis, más recientes: la captura del avión con material secreto de las tropas yanquis, la apertura del diálogo con Irán y el reclamo de acabar con los asientos permanentes y el poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una herencia de la Segunda Guerra Mundial que no se corresponde con el mundo actual. También contribuyó a la imagen del gobierno su política activa en relación a Venezuela, Bolivia, Ecuador y en general a Latinoamérica.
En cada una de estas cuestiones se pueden señalar sus limitaciones, y que en muchos casos fueron producto de años de lucha de las masas. Sin embargo, aún con esas limitaciones, fueron constituyendo un amplio trabajo político, cultural, ideológico y propagandístico que llevaron a que el kirchnerismo ganara a un sector amplio de las masas.

El voto a la reelección de Cristina Kirchner tiene distintos contenidos y distintos grados de adhesión o apoyo.
Una parte la votó porque les permitió zafar de la miseria y otros porque están mejor. En una gran empresa, los compañeros señalan que los trabajadores escuchaban nuestras propuestas, pero después iban a su casa y veían la TV y se convencían del discurso oficial. El voto a la presidenta fue por tener trabajo, mantenerlo, tener un sueldo, con la idea de que la crisis no llegó y no estamos tan mal. Que la oposición que aparecía era un horror. La mayoría de las mujeres de esa fábrica votaron a Cristina K, y al día siguiente no hubo festejo.
En las masas, sobre todo en las fábricas, aunque hay expectativas en sectores sobre las próximas medidas, predomina la idea de que “no le dimos un cheque en blanco”. Ha crecido el temor, la angustia, ante la posibilidad de la pérdida del puesto de trabajo, al conocerse de empresas que cierran, despiden o suspenden. En los jóvenes obreros, ese temor ha reemplazado la respuesta de “no vengas con mala onda” al hablar de la crisis.
Es necesario escuchar a las masas, para diferenciar en ellas: qué sectores ganó el kirchnerismo, cuáles lo apoyan porque consideran que están mejor y que con esta política pueden seguir avanzando porque hace lo posible de hacer hoy, los que sienten que están mejor y quieren y necesitan avanzar más, los que votaron a Cristina K como “el mal menor” y piensan que luchando le pueden arrancar concesiones, y los que consideran que lo que se le arrancó fue con la lucha y hay que ir por más.
De lo que hemos recogido hasta ahora se desprende que, en las masas obreras la corriente con “enamoramiento” del kirchnerismo es pequeña. Lo que predomina son masas que están en disputa.

La Conferencia Nacional abordó el cambio de situación política que significaba la ofensiva kirchnerista, y ajustó la táctica electoral teniendo en cuenta ese cambio, con la política de reagrupamiento de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, el cambio de táctica electoral y la campaña por la personería del PTP. El Comité Central señala autocríticamente que subestimó las medidas que tomaba el gobierno, y tardó en ver la profundidad de las mismas; medidas que permitieron el avance de la influencia del kirchnerismo en las masas.

2. Otros elementos
El amplio triunfo electoral del kirchnerismo le permitió fortalecer el grupo propio: el PJ, La Cámpora, Kolina, el Movimiento Evita, el Frente Transversal de Depetris, el movimiento de D’Elía, varios gobernadores, intendentes, dirigentes sindicales y sociales. Está aliado con los “transversales”: gobernadores e intendentes radicales K, los partidos de Sabatella, Heller, Pereyra y Etchegaray, socialistas K, etc. También tiene alianzas con sectores de la CGT y de la CTA de Yasky.
La Cámpora ahora tendrá una expresión importante en el Congreso nacional, en las legislaturas de varias provincias, y más cargos en el gobierno. También han ganado posiciones otros grupos K como el Kolina. La presidenta, en la Plaza de Mayo, llamó a los jóvenes que la apoyaban, a trabajar en las organizaciones sociales y el estudiantado (donde aspiran a ganar la FUA).
En la provincia de Buenos Aires, el triunfo de Scioli lo dejó bien parado en la interna K. También al bonaerense Massa, que ganó en Tigre, y candidatos amigos suyos ganaron en San Fernando, San Martín y San Miguel. El kirchnerismo, aliado con Reutemann, controla ahora la legislatura santafesina. De la Sota volvió a arrimarse al gobierno K, y Busti salió muy golpeado de la elección en Entre Ríos.
El gobierno K avanza en la disputa con Moyano por la dirección de la CGT. Por su parte, Moyano, en respuesta a las movidas para sacarlo ya de la jefatura de la CGT, endureció su posición en el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, amenazando con desatar la lucha por la participación de los trabajadores en las ganancias y la suba del piso al impuesto a las ganancias.

Los grandes derrotados de las elecciones fueron los candidatos de la derecha opositora: Duhalde (con acuerdos con Macri, como se vio en Santa Fe), Alfonsín – De Narváez, y Elisa Carrió. Cada vez que abrían la boca pidiendo “ajuste”, devaluación y “mano dura”, que recuerdan a las masas los sufrimientos de las crisis pasadas, empujaban a sectores populares hacia el gobierno K. Esa posición cavernaria fue un factor importante para definir el voto al gobierno como “el mal menor”.
El radicalismo llegó a las elecciones con su frente con De Narváez roto, y con candidatos llamando al corte de boleta (eliminando el voto a Alfonsín). Perdió más de 100.000 votos respecto del 14/8, lo que agravó la crisis de la UCR.
Duhalde perdió la mitad de los votos que había obtenido en las primarias abiertas. “Chiche” Duhalde perdió la senaduría por Buenos Aires. Cariglino (intendente que renovó en Malvinas Argentinas, Buenos Aires), y otros de sus candidatos tomaron distancias antes del 23/10.
Elisa Carrió perdió cuatro millones de votos respecto de su candidatura presidencial en el 2007, y su partido entró en crisis.

El Frente Amplio Progresista nacionalmente tuvo un crecimiento grande, 1.200.000 votos en relación con las primarias del 14/8. Una parte de ese aumento fue por el buen desempeño del FAP en Buenos Aires. El FAP recogió el voto de sectores opositores a la política del gobierno K. Declaraciones de su candidato a presidente, Hermes Binner, y puntos importantes del programa nacional del FAP, están contrapuestas al programa acordado, en muchas provincias, con las fuerzas del FAP, incluido sectores del socialismo. Las posiciones de Binner sobre el pago de la deuda de la dictadura al Club de París, estimular el ingreso de capitales extranjeros, y moderar tanto las ganancias de los empresarios como los reclamos salariales de los trabajadores, entre otras, son resistidas por UP y el GEN, y también por sectores del socialismo en numerosas provincias, incluso sectores santafesinos que en las elecciones de la Federación Universitaria de Rosario fueron parte del frente que integramos que conquistó el triunfo.
Alberto Rodríguez Saá mantuvo los votos del 14/8, ganó en San Luis, que volvió a ser la única provincia que no ganó Cristina K, y obtuvo buenos resultados en varias provincias más.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores hizo una muy buena campaña electoral, con posiciones de izquierda; y tuvo un buen resultado en varias provincias.

El kirchnerismo trabajó activamente para dividir a la oposición popular y copar el andarivel del centroizquierda, y en gran medida lo logró.
El Movimiento Proyecto Sur, inicialmente, unió a un conjunto de fuerzas populares con un programa con muy buenas posiciones en lo nacional, lo democrático y lo antiimperialista, con la candidatura presidencial de Pino Solanas. El PTP y el PCR adhirieron al MPS. Al bajarse Pino Solanas de la candidatura presidencial, el MPS perdió perspectiva nacional (en una elección presidencial), priorizando 4 distritos (Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires). Actitudes hegemónicas del PS, en el que había ganado la interna la alianza Binner – Lifschitz, y posiciones sectarias en el MPS, llevaron a la división del acuerdo que se bocetaba. En esa situación, el MPS no pudo llegar al 1,5% que imponía la ley de internas inconstitucional acordada entre el gobierno K y la UCR, y sus candidatos presidenciales, y los de varias provincias, quedaron proscriptos, con lo que no pudo plasmar una fuerza electoral significativa. Erróneamente, no hicimos ni nosotros ni el MPS, una campaña activa de denuncia de esa ley proscriptiva, aunque el PCR fue la primera fuerza que presentó un recurso de inconstitucionalidad de la ley de internas ante la Justicia, y fue seguido por otro recurso presentado por el PTP, el PCR y otras fuerzas, recursos que la Justicia tardó en responder y, el del PCR, sigue en apelación ante la Corte Suprema.
En éste recorrido, la práctica del Partido confirmó la justeza de la política trazada por la Conferencia Nacional de diciembre del 2010: “Convocamos a Proyecto Sur, a Unidad Popular, al GEN, a las fuerzas de la izquierda, a quienes se han expresado en las últimas elecciones votando en blanco, nulo o no votando, a los sectores patrióticos y democráticos existentes en el peronismo, el radicalismo, el socialismo y la Coalición Cívica, a la necesaria unidad para construir una fuerza verdaderamente popular”.
En esa situación difícil, el 23/10, hubo resultados positivos en los frentes que integramos en varias provincias, entre ellas Buenos Aires (sacó 5 diputados nacionales y 6 provinciales), Río Negro, San Juan (dos concejales en Albardón), Formosa, Salta, Corrientes, Santa Cruz, entre otras, y en localidades donde hemos obtenido concejales. Resultados que debemos analizar, para ver aciertos y errores, y el camino para avanzar en nuestra política de reagrupamiento de fuerzas. También hay que tener en cuenta los votos en blanco o programáticos, a presidente y vice, por los que se trabajó nacionalmente.

Hay que tener en cuenta la gran volatilidad del voto: es muy cambiante. Néstor Kirchner perdió las elecciones en Buenos Aires con 2.325.000 votos, hace dos años, y el kirchnerismo las ganó ahora con 4.460.000. Carrió fue segunda, con 4.400.000 votos, en las presidenciales del 2007, y ahora tuvo apenas 396.000. Los votos no están “atados” ni son cheques en blanco.

3. Cambió el escenario político
El amplio triunfo electoral del gobierno K le ha dado una base electoral de masas, mayoría en las dos cámaras del Congreso y un amplio peso político territorial. Además, también le ha permitido al grupo K, y a sus socios del “capitalismo de amigos”, fortalecer sus posiciones hegemónicas en el bloque dominante en la Argentina, lo que les da un gran poder para actuar frente a la crisis. 
El kirchnerismo logró presentar a su “modelo” como el único en condiciones de garantizar la gobernabilidad del sistema en una Argentina con inflación y fuga de capitales, en el contexto de la crisis mundial que comenzó a golpearnos nuevamente.
Los grupos rivales del gobierno K, dentro del bloque dominante, están negociando. Acuerdos con AACREA en el plan agroalimentario nacional, que profundiza la sojización del país en manos de los pooles y grandes terratenientes y agravará la concentración y extranjerización de la tierra, castigando a los campesinos que pagan arriendos e insumos de cuando la soja estaba a 500 dólares.
También hay reuniones con la UIA negociando un “techo” a los salarios muy por debajo de la inflación (como un “anticipo”, el Ministerio de Trabajo anuló el aumento del 35% acordado en la paritaria de los trabajadores rurales). Reuniones de Cristina K con Coninagro, Aceitera General Deheza y Techint. Declaraciones “dialoguistas” de la asociación de bancos extranjeros y del presidente de la Sociedad Rural. Acuerdos con Blaquier. Este es el “horno” en el que se está cocinando la “unidad nacional” que proclamó la presidenta.
Ahora, la presidenta se entrevista con Obama. Visitaron la Argentina tres funcionarios rusos. Y son permanentes los viajes de funcionarios argentinos a China, país que éste año es el primer inversor de capitales en la Argentina (en el capital acumulado, la presidenta ha dicho que el primer inversor es España, el segundo Estados Unidos, y los chinos están en el tercer lugar).
En la situación actual, por el momento, se ha atenuado la disputa entre sectores del bloque dominante. Hay quienes buscan negociar “una vuelta a los primeros años”, como dijo Madanes Quintanilla, cabeza de Aluar, el monopolio del aluminio que históricamente fue del riñón de los capitales rusos en la Argentina.
El fortalecimiento del gobierno K, por arriba y por abajo, y lo que dure la atenuación de la disputa en el bloque dominante, configuran una situación peligrosa para la clase obrera y el pueblo que sería un error grave subestimar.

4. La crisis
La economía argentina está transitando un cambio: vientos que venían soplando a favor, ahora comienzan a soplar en contra. La crisis mundial ya está golpeando. ¿Cómo vemos la crisis, su evolución, y quién la paga? Este es el gran debate que se va a ir profundizando.
En el 2009 hubo una caída de 10 puntos en el producto bruto interno (PBI): de un crecimiento del 8% se pasó a una caída del PBI del 2%.
El gobierno ocultó hasta las elecciones que se acabó el superávit fiscal. Lo ocultó manoteando el Anses y el PAMI, y usando reservas del Banco Central. Pesan los subsidios a la energía que crecieron a 20.000 millones de dólares, y otros subsidios al “capitalismo de amigos”, que se han vuelto imposibles de sostener con “la caja” en el estado actual. Pasadas las elecciones, el gobierno comenzó a aplicar medidas de recorte de esos gastos.
El superávit del comercio exterior cae. La devaluación de la moneda brasileña agrava el balance negativo del comercio con Brasil, adónde van 65 de cada 100 autos que exporta Argentina: van 75 meses seguidos favorables a Brasil en el intercambio comercial entre los dos países.
La fuga de capitales no para, en gran medida por remesas de los monopolios a sus casas centrales imperialistas, y los negocios de los grandes pooles y terratenientes con la renta agraria.
Ahora, la medida que ha tomado el gobierno, de exigencia a los monopolios mineros y petroleros de liquidar sus ingresos en la Argentina, lo que es positivo porque tienen que traer los dólares acá, no alcanza para frenar la fuga de dólares. No alcanza porque no les prohíbe comprar dólares ni sacarlos del país. El estado de la economía exige remedios más duros: tocarle el bolsillo a los monopolios y grandes terratenientes, que están inflados con la plata que embolsaron en los años de bonanza.
Con la llamada política de “desendeudamiento”, el gobierno sigue pagando deudas con reservas del Banco Central y fondos del Anses y el PAMI. Es otro cáncer que carcome la economía. El gobierno K negocia el pago de la deuda contraída por la dictadura de Videla y Viola con el Club de París, por la compra de armas para la guerra contra Chile.
La inflación sigue castigando principalmente a los más pobres. Crece nuevamente el hambre en los de más abajo. El presupuesto presentado por el gobierno es trucho. Está hecho para manejar, sin control, gran parte de los dineros que recaude.
Algunas patronales ya han tomado medidas de “ajuste”. Despidos (sobre todo de trabajadores por agencia, contratados y tercerizados) en autopartistas y acero (Acindar), en textiles vacaciones anticipadas (Alpargatas) y cierres de fábricas (Lacar y otras dos en Tucumán), cierres en lácteos (20 empresas), y 100 frigoríficos bajaron la cortina. Renault, Volkswagen y Peugeot comenzaron a aplicar suspensiones; descargan acá la crisis que tienen en Europa. El jefe de Fiat, Rattazzi, declaró: “Si se cae Brasil nos caemos a pedazos”.
Con el 40% de trabajadores en negro o precarizados, la situación es muy difícil.  Diez ingenios tucumanos no tienen obreros permanentes. Limoneros y otros trabajadores de la fruta no llegan a fin de mes, porque los monopolios aplicaron aquí la congelación salarial impuesta por sus casas matrices en Europa, o por la reducción de las exportaciones por la crisis. El salario de los estatales se quedó corto frente a la inflación, que carcome los salarios, las jubilaciones y los planes sociales. Cayó el empleo en el tercer trimestre de este año en relación al 2010.
La primera ola de la crisis mundial golpeó a la Argentina en el 2009 y ahora comenzó a llegar una segunda oleada. En cada momento hay que analizar cuáles son las empresas y ramas que golpea, para ver los eslabones débiles desde donde tirar para la lucha. Cuando las olas golpean, hay que precaverse de las tesis de grupos trotskistas que la conciben como “crisis general del capitalismo” que llevará espontáneamente a su derrumbe. Cuando las olas amainan, no hay que perder de vista el carácter prolongado y profundo de la crisis mundial.

5. ¿Quién paga la crisis?
Fue un gran acierto del PCR, la caracterización de la crisis que hizo, en el 2007, su secretario general, Otto Vargas, quien advirtió que el problema de fondo de la actual crisis es la gigantesca masa de ganancias que acumularon monopolios y bancos con la incorporación de cientos de miles de trabajadores con salarios muy bajos, producto de la restauración del capitalismo en China, y la unificación del mercado capitalista mundial luego del derrumbe de la ex URSS. Esas ganancias fabulosas no podían reinvertirse en la producción, y se volcaron a la especulación. Por eso se dijo, en aquella oportunidad, que esta crisis iba a ser profunda y prolongada, igual o peor que la del 30.
Después que la presidenta del FMI dijera que “el mundo está en una zona peligrosa”, comenzó a hablarse de “el riesgo de una década perdida”.
Durante un largo período el gobierno kirchnerista pregonó que la Argentina estaba “blindada”, “encapsulada”, y que su “modelo” nos salvaba del contagio. Hasta que el estallido de la deuda pública en Europa, volvió a mostrar la profundidad y el carácter prolongado de esta crisis. La crisis financiera, de insolvencia, va llevando a Europa a trastornos fenomenales, y también a luchas fenomenales. China tiene varios problemas: la inflación, la moneda, una burbuja especulativa inmobiliaria como la que detonó la crisis en Estados Unidos, y sus principales mercados son Europa y Estados Unidos; y también tiene el crecimiento de una oposición de masas, como el que llevó a 182.000 protestas en el 2010.
Las cadenas de la dependencia nos atan a la opresión imperialista: la mayoría de las principales empresas están controladas por capitales extranjeros. El gobierno kirchnerista no las ha roto, solo las ha modificado en beneficio de sus “alianzas estratégicas” que son, cómo dijo Néstor Kirchner: “primero China, después Europa, y después el Mercosur”. El resultado es que estamos atados a lo que pase en China y en Brasil.

El gobierno viene teniendo enfrentamientos con los yanquis, que pasaron a operar contra la Argentina en la negociación de créditos del Banco Mundial y el BID. Ahora habrá que ver cuál es el resultado de la entrevista de Cristina K con Obama. Al mismo tiempo, se profundiza su “alianza estratégica” con el imperialismo chino. Este ha comprado millones de hectáreas en Africa. Aquí, en Río Negro, un monopolio chino gigantesco negocia la entrega de 320.000 hectáreas con riego. La política K de “alianza estratégica” con China nos va atando a un imperialismo que está en una agresiva expansión, con aspiraciones a convertirse en una superpotencia que reemplace al imperialismo yanqui, que sigue siendo la única superpotencia, aunque está en decadencia.
El plan del gobierno K de producir 160 millones de toneladas de granos, no se apoya en más pequeños y medianos productores, sino en más tierras para pooles y terratenientes. Va unido a una ley que legitima las 17 millones de hectáreas ya extranjerizadas y permite ampliarlas enormemente. No hay ninguna respuesta a la suba de arrendamientos y del precio de los insumos. El resultado será el crecimiento de la migración de masas agrarias a las ciudades (que vienen de las provincias y de las naciones limítrofes), agravando el déficit de tierras para vivienda y para trabajo, un drama que, junto con el crecimiento del hambre, es explosivo.
Monopolios, pooles y terratenientes han tenido ganancias fabulosas en los años de bonanza (se lo ha dicho la presidenta a los empresarios), pero como se vio en la reunión empresarial de IDEA en Mar del Plata, las patronales preparan ajustes que descarguen la crisis sobre los trabajadores. Este es el gran tema: ¿quién va a pagar la crisis: los que se enriquecieron estos años, o los trabajadores y el pueblo?

Quién paga la crisis es hoy un debate mundial. Es el trasfondo de la oleada de descontento político y social que sacude al mundo.
La “primavera árabe” volteó a los gobiernos de Túnez y Egipto (y en una situación compleja por la agresión imperialista de la OTAN, cayó el de Libia). Avanza la lucha en Siria y en Yemen, y se movilizan grandes masas en Israel.
En Grecia se han realizado 5 paros generales combativos, hubo grandes luchas en Inglaterra y otros países industriales europeos. Los indignados de España se extendieron a toda Europa. Surgió el movimiento Ocupen Wall Street en Estados Unidos. Esos movimientos se han ido radicalizando, como se vio en la jornada con movilizaciones en 985 ciudades de 82 países.
Las masas atacan a los bancos, que son salvados por sus gobiernos mientras la crisis provoca un brutal aumento de la desocupación sin salida a la vista. Billones de euros gastados para el salvataje de bancos y finanzas estales en Europa, han sido solo parches: Irlanda, Portugal, Italia y España se bambolean con un futuro incierto.

6. Un programa de emergencia frente a la crisis
Las clases dominantes de la Argentina, ante la crisis, acuerdan en que se tomen medidas para que las paguen los trabajadores y el pueblo. A partir de ese acuerdo, cada grupo económico tira para su “boliche”, y en esto va a haber cornadas. El amplio triunfo del gobierno le ha dado un gran poder para actuar ante la crisis. Lo que se estaría negociando con la UIA y otros sectores es un “pacto social” que pondría un techo salarial del 18% en las próximas paritarias, y “ajustes graduales” en las tarifas, entre otras medidas, haciéndole pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo
Frente a la crisis, el problema es qué medidas tomar, lo que exige propuestas concretas para quelos trabajadores y el pueblo no paguen la crisis, que la paguen los que se enriquecieron en estos años. Con ese objetivo, el Comité Central del PCR discutió medidas de emergencia, junto a nuestra plataforma de 10 puntos, para debatirlos en el movimiento obrero, campesino y popular.

Propuestas de emergencia ante la crisis
1. Emergencia laboral y previsional, prohibición de despidos y suspensiones. Jornada laboral de 6 horas sin reducción salarial en todas las grandes empresas y supermercados. Blanqueo de todos los trabajadores, en primer lugar los del Estado, terminando con la tercerización y el trabajo en negro. Reapertura de las fábricas que cierran a cargo de los trabajadores, con subsidios a su producción.
2. Salario mínimo acorde a la canasta familiar real. Eliminación del Impuesto a las Ganancias a los Trabajadores. Precios máximos y eliminación del IVA sobre los artículos que componen la Canasta Básica Alimentaria. Control por los trabajadores y el pueblo de la producción, el abastecimiento y los precios.
3. Declaración de la emergencia habitacional. Nacionalización del Plan Argentina Trabaja. Tierra para vivienda y un plan nacional para construir un millón de viviendas populares que de trabajo a todos los desocupados.
4. Elevar la Asignación Universal por Hijo y las Jubilaciones y Pensiones Mínimas en un 50 %. Intangibilidad de los fondos de la ANSES y del PAMI, con control de los jubilados y pensionados y de los trabajadores.
5. Declaración de la emergencia en relación a la violencia en la familia y sexual. Ley de infanticidio. Combate efectivo contra la trata. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Presupuesto para que puedan implementarse.
6. Emergencia social en materia de uso y tenencia de la tierra, prohibición de desalojos. Plan de creación de un millón de chacras mixtas sobre la base de aprobar el Proyecto de Ley Nacional de Tierras de la Federación Agraria Argentina. En el camino de una reforma agraria que acabe con el latifundio y entregue la tierra a trabajadores rurales, campesinos, originarios y la juventud agraria.
7. Política económica e impositiva para aumentar la producción nacional y promover la creación de empleos:
a. Para las pequeñas y medianas empresas y los productores agropecuarios:
·  Reducción del impuesto a las ganancias para las PYMES en un 75 %.
·  Reducción del Impuesto a los Ingresos Brutos para las PYMES y derogación inmediata del Pacto Fiscal I, por el cual la Nación se queda con el 15 % de todos los recursos impositivos coparticipables.
·  Eliminación inmediata del Impuesto al Cheque para las PYMES.
·  Segmentación de las retenciones y eliminación para los productores de soja de hasta 300 toneladas en la zona núcleo y para otras zonas consideradas marginales tener en cuenta los rindes, el tamaño de la explotación y si es propietario o arrendatario.
b. Para las 500 más grandes empresas monopólicas y grandes terratenientes con más de 5.000 hectáreas:
·  Aumento del Impuesto a las Ganancias en un 100 %.
·  Reimplantación de las Contribuciones Patronales a la Seguridad Social en un 100 % suprimiendo la rebaja menemista.
8. Control de cambios para impedir la fuga de divisas y que las oscilaciones del dólar no se trasladen a la inflación de precios internos de los componentes de la Canasta Básica Alimentaria. Nacionalización del Comercio Exterior para que la renta agraria quede en manos de los pequeños y medianos productores y del Estado.
9. No pago de la deuda externa ilegítima y usuraria. Nacionalización de los depósitos bancarios para dirigir el crédito a las PYMES y a los pequeños y medianos productores agropecuarios.
10. Nacionalización y estatización con control obrero de la gran minería y el petróleo. Plan de Inversiones para la reactivación inmediata de toda la red ferroviaria del  País.

7. Seguir reagrupando a las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas
El trabajo para las elecciones ha sido un gran esfuerzo de muchos compañeros, amigos y aliados que tomaron en sus manos la tarea de trabajar por los frentes, realizar la campaña electoral y la afiliación para la personería del PTP, y la fiscalización de los comicios. No fue fácil, para muchos fue la primera experiencia de trabajo en un terreno que siempre está lleno de trampas y trabas para las organizaciones populares, pero en el que era imprescindible librar la batalla política contra la política kirchnerista. El resultado de la política de reagrupamiento de fuerzas, impulsada con esos esfuerzos, ha impedido que el enemigo nos aislara y permitió lograr avances importantes en muchos lugares.
La situación que se abre no es fácil para la clase obrera y el pueblo. Es compleja y entraña peligros. El amplio triunfo del gobierno es un golpe grande para el movimiento obrero y las fuerzas populares. Genera cierta confusión, incluso escepticismo en sectores que no ven la perspectiva de la crisis y que la mayoría de los que votaron a Cristina K lo hicieron por izquierda y quieren ir por más. También genera escepticismo en sectores que se habían ilusionado con una acumulación de fuerzas electoral, con vistas al 2013 y 2015. Por otra parte, las clases dominantes, y su gobierno, vienen endureciendo la represión. La presidenta, ya amenazó a los cortes de ruta, planteando protestas “en las veredas o la Plaza de Mayo”. Son numerosos los asesinatos por la represión o por las patotas parapoliciales, como los de Mariano Ferreyra, Mártires López, los jóvenes de Bariloche, los del Indoamericano, y los de Libertador. Y crece la criminalización las luchas populares como a Quique Mosquera y los compañeros de Jujuy, los juicios penales y embargos a María Rosario, Ramón Bogado, Jorge Penayo y Alcadio Alfonso, que dirigieron la histórica lucha de Kraft, el encarcelamiento del “Pollo” Sobrero, el juicio farsa contra el dirigente de la CCC santafesina Eduardo Delmonte, entre muchos otros.
Si se calibra bien el momento político no hay razones para el escepticismo.
Desde la realización de la Conferencia hasta las elecciones, hubo éxitos muy importantes en el movimiento de masas, con la participación o el protagonismo de nuestro partido, y que tienen mucho que ver con la línea del PCR. Se rompieron los topes salariales en las paritarias, con grandes luchas. Se arrancaron conquistas importantes con las luchas del movimiento de desocupados y de los jubilados. La ocupación de tierras triunfante en Libertador mostró el camino para pelear por tierra y vivienda. La marcha y el acampe en El Impenetrable, de originarios y criollos fue otro gran triunfo que avanza en la lucha por la tierra. Se realizó un nuevo Encuentro Nacional de originarios y la jornada del 18/10 por la tierra para vivir y trabajar. El movimiento de mujeres realizó con gran éxito su 26 Encuentro Nacional. La alianza de las fuerzas combativas y antiterratenientes se impuso en el Congreso de Federación Agraria, rompiendo la maniobra del kirchnerismo de coparlo. Hubo luchas muy importantes del estudiantado secundario y universitario, y de los docentes, y se recuperaron Federaciones estudiantiles. También grandes movilizaciones unitarias democráticas, como la del 24 de marzo del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, y las movilizaciones que conquistaron el desprocesamiento de luchadores populares, la libertad del “Pollo” Sobrero y de lucha por el juicio y castigo a los responsables de los asesinatos cometidos por policías y patotas parapoliciales, con responsabilidad política de gobiernos provinciales y el nacional. Ha habido jornadas por Malvinas, también contra los atropellos del imperialismo yanqui y la OTAN, y en repudio a la penetración del imperialismo chino en Río Negro. Hubo grandes luchas del movimiento ambientalista.

La lucha para que la crisis no castigue a las masas sino a los que se enriquecieron en estos años, va a tener duras y prolongadas batallas. La crisis va a tener momentos duros, y otros que parece que termina. Y también la lucha va a tener avances y retrocesos. La histórica ocupación de la Kraft por 38 días, en el 2009, fue un ejemplo para todo el movimiento obrero cuando golpearon las primeras oleadas de la crisis. Y sigue siendo un ejemplo. De ahí la saña con que el gobierno K y la patronal criminalizan a los dirigentes de la comisión interna que encabezó la huelga. Pese a esa saña, esa lucha dejó huellas profundas, por eso pudo renacer con fuerza la Corriente Clasista y Combativa, trabajando para unir a veteranos, mujeres y jóvenes en las recientes elecciones de comisión interna. El clasismo y los comunistas revolucionarios estamos orgullos de esa lucha histórica.
Trabajamos para avanzar en el reagrupamiento de fuerzas sociales, para la lucha, como en la CTA, y en el movimiento por tierra para vivir y trabajar, en la FNC y FAA, y en cada movimiento de masas. Impulsamos reagrupamientos  para las luchas de hoy con la perspectiva de tormentas sociales. Y debemos responder a la creciente represión y criminalización de las luchas fortaleciendo el movimiento unitario Memoria, Verdad y Justicia, y acuerdos amplios e inmediatos en respuesta a los manotazos represivos.

“El sufragio universal —dice Lenin— es un índice de la madurez alcanzada por las diversas clases en la comprensión de sus problemas. Demuestra cómo tienden las distintas clases a resolver sus problemas. La solución real de estos problemas no se logra mediante votaciones, sino con la lucha de clases en todas sus formas, incluyendo la guerra civil” (Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del Proletariado, Lenin).
El fortalecimiento del kirchnerismo puesto en evidencia por las elecciones, exige redoblar los esfuerzos para el reagrupamiento de las fuerzas obreras y populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas para desplegar la lucha social y la lucha política en el seno de las masas. Los resultados de las elecciones, en lugares en donde hubo luchas muy combativas, y en particular, en las grandes concentraciones obreras, muestran que es imprescindible unir la lucha económica con la lucha política: llevar a las masas el debate que desnude a la política K frente a la crisis, y proponer otra política para que la crisis la paguen los que se enriquecieron estos años. Es una gran batalla política, imprescindible, para ayudar a la clase obrera y el pueblo a actuar con independencia, en función de sus necesidades y urgencias frente a la crisis.
En la etapa final del menemismo, cuando golpeaba a las masas la desocupación y el hambre, producto de otra crisis, y la lucha de las masas desembocó en el Argentinazo del 2001 que derrocó al gobierno de De la Rúa y la Alianza, se pudieron conquistar medidas como los dos millones de planes sociales y la pesificación de las deudas de los chacareros. Sacamos cuatro enseñanzas de ese período: la necesidad del cambio de correlación de fuerzas en los centros de concentración obrera, un centro coordinador, el desarrollo de una corriente patriótica y democrática militar, y el crecimiento del partido. Esas enseñanzas fueron enriquecidas por la rebelión agraria y federal, que con gran acierto fue iniciada por la corriente Chacareros Federados y nuestro Partido. Esas enseñanzas trazaron tareas para nuestro camino revolucionario, con las que trabajamos en la situación actual.
Subestimar la lucha política le deja el campo libre, en lo fundamental, hoy, al kirchnerismo. De ahí la importancia de seguir avanzando en el reagrupamiento de fuerzas programático que enfrente la política K y cierre el paso a otras opciones de las clases dominantes.
Por eso, al calor de la lucha de las masas trabajamos para desplegar la lucha política en el seno de esas masas, para avanzar en esas cuatro grandes tareas por el camino revolucionario. Para fortalecer la lucha de hoy, y para estar preparados ante posibles tormentas políticas en perspectiva.

La situación exige trabajar para ampliar todos los frentes que integramos. Un enemigo fortalecido exige unir todas las fuerzas posibles de ser unidas para desplegar la lucha de las masas con un programa anticrisis de carácter popular. Debemos trabajar en esos frentes, de manera unitaria, para acordar programas de emergencia ante la crisis.
El kirchnerismo ha trabajado antes y lo seguirá haciendo ahora para trabar y dividir la unidad de las fuerzas populares. No será una batalla fácil. Por un lado hay proyectos hegemónicos de un frente solo para las elecciones del 2013 y el 2015, con un programa “lavado”, por fuera de las luchas de las masas. Por el otro, concepciones sectarias que llevan a un frente testimonial, impotente frente a la envergadura de la batalla política en curso. El trabajo realizado junto con cientos y cientos de compañeros de otras fuerzas, mostró que compartimos la voluntad de unidad en torno a un programa que responda a las urgencias y necesidades de las luchas de las masas, y a la necesidad y posibilidad de conquistar otra política y otro poder.

Una herramienta fundamental para el combate político es garantizar la personería del PTP. Lo es por múltiples razones. En primer lugar, como enseña el leninismo, porque el proletariado debe estar preparado y tener instrumentos para todas las formas de la lucha de clases, lo que incluye estar preparados, tener la herramienta necesaria, tanto para lo electoral, como para la legalidad. Hemos pagado políticamente no haber llegado con la personería del PTP a tiempo, en muchos lugares y nacionalmente. Aunque no es el único elemento, todo el trabajo electoral se hace muy difícil sin una fuerza electoral. También, pesa en la política de alianzas. Por otra parte, es un instrumento para estar en mejores condiciones frente a la legislación represiva del sistema y para aprovechar las condiciones de legalidad exigidas para el trabajo público, como es el caso de locales, trabajo con los medios de difusión, actividades públicas, etc. A su vez, se ha demostrado que es un gran instrumento para la acumulación de fuerzas, ya que nos permite afiliar al PTP a una corriente que acuerde con el programa de emergencia frente a la crisis y los 10 puntos que levantamos contra la política kirchnerista; y hacerlo con el trabajo directo, escuchando y discutiendo con las masas.
La lucha política en las masas exige aprovechar a fondo todos los resquicios de legalidad, para poder llegar a cientos de miles y a millones. No se contrapone con nuestro trabajo revolucionario ni con el fortalecimiento del PCR, todo lo contrario: desplegar al máximo el trabajo público es lo que nos crea las mejores condiciones para nuestro trabajo revolucionario, cuyos objetivos estratégicos son la guía, también, del trabajo público. Por todo esto, redoblar la campaña por la personería del PTP es fundamental para nuestra política de reagrupamiento de fuerzas.
El Comité Central analizó autocríticamente las razones de no haber llegado a la personería nacional del PTP al 23 de octubre, y ha lanzado una nueva etapa al 6/1/2012. Hay que ganarla. Esto exige planificar la batalla política, concentrando los esfuerzos en las grandes empresas, para acumular fuerzas clasistas y comunistas revolucionarias, lo que será decisivo en los grandes combates frente a la crisis, y en las tormentas políticas que la van a acompañar. Y concentrar en los centros rurales y populares decisivos.
La lucha política del período electoral ha sido intensa, tanto en el Partido y la Juventud como en las organizaciones que hegemonizamos, sobre todo a partir del cambio de situación y el ajuste táctico analizados en la Conferencia Nacional. Esto, por una parte ha sido la forma maoísta de abordar las contradicciones que nos ha permitido avanzar en el reagrupamiento de fuerzas, integrando la línea con la realidad concreta de cada lugar. Lo que exige que el debate sea orgánico, el respeto al centralismo democrático, y que todos nos hagamos cargo de cuidar la unidad del Partido, la Juventud y los movimientos que dirigimos.
Una enseñanza que recogemos de la campaña política, es la necesidad de aprender a manejar y utilizar las nuevas formas de propaganda surgidas de las nuevas tecnologías, que abren nuevas posibilidades para llegar a las grandes masas. Hay algunas experiencias positivas, pero tenemos en esto un gran retraso.

Se abre un nuevo escenario. Ese nuevo escenario verá confluir las luchas sociales y políticas en la Argentina con la oleada de protestas que sacude al mundo. La pulseada ante la crisis va a ser dura y prolongada. Si ayudamos a las masas obreras y populares a prepararse, y nos preparamos, vamos a ver grandes cosas en la lucha por la segunda independencia y la liberación de nuestra patria y nuestro pueblo.
Comité Central del PCR
28, 29 y 30 de octubre de 2011

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