La Hora Política -
13/08/2013
Una gran derrota del kirchnerismo
Fecha: 13/08/2013
El kirchnerismo sufrió una gran derrota política. Grandes
masas lo castigaron con sus luchas y sus votos. También castigaron a Macri,
Scioli y otros gobernadores K y no K. Siempre que fue golpeado, el kirchnerismo
redobló la apuesta. Los frentes en los que participan el PTP y el PCR
derrotaron la trampa de las PASO en 11 provincias, la Capital Federal y
numerosas localidades: un gran esfuerzo militante. Sigue la batalla por el paro
nacional, la personería del PTP, y las elecciones de octubre.
1. Una gran
derrota K
“Somos la mayor
fuerza nacional, y además somos gobierno”, afirmó Cristina Kirchner ante los
resultados electorales, y levantó las manos de Filmus y Cabandié, terceros en
la Capital Federal, e Insaurralde, derrotado en Buenos Aires. Agregó, además,
que ella “no miente”.
Ocultar la verdad
es una forma de mentir. Y la presidenta ocultó el principal dato de las elecciones:
el kirchnerismo perdió más de la mitad de los votos que sacó el
2011. Perdió casi 6 millones de votos (tuvo 11.865.055 votos en el 2011 y
5.912.141 ahora). Se podría decir que la del 2011 fue una elección
presidencial, y ahora no. Pero fue Cristina K la que nacionalizó estas elecciones y se puso al
frente de la campaña.
El kirchnerismo
perdió en los 5 mayores distritos: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Capital
Federal y Mendoza. Perdió en provincias que gobierna: San Juan, Chubut, Santa
Cruz y La Rioja. Ganó, pero con muchos votos menos que en las elecciones
anteriores, en Jujuy, Tucumán, Salta (perdió en diputados), Formosa, Chaco,
Entre Ríos. La lista de senadores del gobierno del MPN en Neuquén, aliado K,
perdió contra la lista de Pereyra (secretario adjunto de la CGT de Moyano) que
rechaza el acuerdo YPF-Chevron.
2. Más votos
castigo
El kirchnerismo no
fue el único castigado. El macrismo fue segunda fuerza en la Capital Federal.
UNEN, una fuerza heterogénea que reunió a sectores progresistas,
socialdemócratas, y otros incluso de derecha, fue el instrumento que usaron
amplios sectores de la Capital Federal para castigar el
pacto K-PRO que
emerge atrás de los negocios inmobiliarios porteños. También frentes
encabezados por la UCR fueron instrumento del voto castigo al kirchnerismo en
Mendoza, Corrientes, La Rioja, y al kirchnerismo y a Peralta en Santa Cruz.
Otros gobernadores
ganaron, pero sintieron el castigo en la pérdida de votos: Alperovich, Clos,
etc.
Por otra parte,
Compromiso Federal, mantuvo su base en San Luis, y derrotó, en San Juan, a
Gioja, el “campeón”, junto a Cristina K, de la megaminería imperialista
saqueadora y contaminante.
3. “Somos
militantes”
Cristina K dijo en
su balance de las elecciones: “Mi gran responsabilidad es la gobernabilidad de
la Argentina”. “Gobernabilidad” quiere decir garantizar que el pueblo siga pagando el ajuste, la
inflación y la crisis. El
kirchnerismo garantiza la gobernabilidad, corrompiendo a dirigentes y
trabajando para cooptar o dividir a las organizaciones sociales, criminalizando
la protesta popular, transformando a la Gendarmería y la Prefectura en fuerzas
de choque contra las luchas. Y ahora, con Milani y Berni al frente, crea fuerzas de
choque y de infiltración y espionaje con militares y militantes de La Cámpora.
El kirchnerismo
nunca retrocedió frente a una derrota; siempre redobló la apuesta: “¡Vamos
por todo!”. Sería un grave error subestimar a este kirchnerismo que ha mostrado su verdadera cara con
Jaime, Milani y Chevron; y más ahora, cuando siente que la situación económica
se presenta con más nubarrones.
El kirchnerismo
tiene el gobierno, renueva los legisladores electos en el 2009 (su peor
elección antes de esta del 2013), ha desarrollado un poderoso grupo económico,
financiero, multimedios, etc., tiene alianzas, y
va a pelear. Ya
lo dijo Cristina K: “Somos militantes”.
4. El triunfo de
Massa
Amplios sectores
críticos del kirchnerismo, y del peronismo opositora al kirchnerismo y a
Scioli, los castigó votando al Frente Renovador encabezado por Massa.
El triunfo amplio
de Massa, en la provincia de Buenos Aires (que reúne al 37% del padrón
electoral), sorprendió al gobierno K y hasta a los propios massistas. Los
encuestadores pronosticaban un “empate técnico”, con una ligera ventaja de
Massa.
Ese triunfo
descuartizó la estrategia electoral kirchnerista, que necesitaba una victoria
amplia en Buenos Aires para compensar la previsible derrota en Córdoba, Santa
Fe, Capital Federal y Mendoza. También, mostró la profundización de las
grietas que
se venían produciendo en la hegemonía kirchnerista sobre el peronismo político
y sindical.
El Frente
renovador se integró con alrededor de 20 intendentes bonaerenses, sobre todo
del Conurbano (esa cifra de 20 la dio Massa), y de gran parte de la CGT
Balcarce, la CGT Azul y Blanca y un sector de la CGT de Moyano. Fue un golpe
muy duro a un pilar fundamental del aparato político kirchnerista. Por
eso Cristina K se cargó al hombro la campaña de Insaurralde.
El triunfo proyectó a Massa como rival del
kirchnerismo, para las elecciones presidenciales del 2015. Hay que tener en
cuenta que los “caudillos” peronistas tienen un gran olfato para ubicarse, más
rápido que pronto, con el ganador.
Massa hizo un
culto de sus no definiciones políticas. Al final de su
campaña, “se arremangó”. Fue entonces cuando Lavagna le dio su apoyo y se
integró a sus equipos. Lavagna fue ministro de Economía de Duhalde y de
Kirchner, fue candidato presidencial en el 2007 con el apoyo del aparato de la
UCR, y es un hombre de estrecha relación con grupos como Techint y Clarín. Al
mismo tiempo, Massa conserva una no definición clave: no habla de la
corrupción. Lo que en estas épocas de “destape” de los Lázaro Báez y los Jaime,
suena como una oferta a Cristina K de una transición ordenada sin judicializar
la fortuna de los Kirchner.
Ya están operando
fuerzas poderosas para un entramado que reúna a Massa, De la Sota, De Narváez,
Macri, etc. En relación a este armado, no hay que olvidar la presencia de
Lavagna, el ministro de Economía que aplicó a fondo la brutal devaluación del peso que
hizo Duhalde, que hachó los salarios, jubilaciones, planes
sociales y demás asignaciones fijas.
5. Las luchas y
las elecciones
Las luchas y las
elecciones no son terrenos separados. Las luchas fueron el
caldero del voto
castigo. Con distintas formas, las protestas llegaron hasta las
elecciones: el paro nacional del 20/12/2012, las huelgas de portuarios,
camioneros, docentes, estatales, etc.; las movilizaciones y cortes de ruta de
los desocupados, jubilados, estudiantes, las mujeres; la lucha por el castigo a
los responsables de la masacres de Once y Castelar; el movimiento contra el
saqueo y la contaminación de las megamineras imperialistas; las marchas y actos
contra la criminalización de la protesta y los asesinatos de originarios; los
pronunciamientos contra la entrega del petróleo y el colonialismo inglés en
Malvinas; los cacerolazos que denunciaron la corrupción, la inseguridad, etc.
También, las
elecciones influyen en las luchas. Así como el kirchnerismo usó el
54% de Cristina K en las elecciones del 2011 para tratar de frenar las luchas
para hacer pasar su ajuste, ahora, la derrota electoral crea mejores condiciones para las luchas.
Tanto el
kirchnerismo y sus aliados, como sus rivales, todos los grupos de poder del bloque dominante
trabajan para frenar las luchas. Es así porque parten de que se
han agotado los “pilares del modelo K”, y hay que aplicar un
ajuste que
achique los subsidios (lo que intentó Cristina K con la “sintonía fina” después
de las elecciones del 2011 y tuvo que frenar después de la masacre de Once),
junto a una devaluación que licue los salarios en beneficio de
los exportadores. De ahí que haya mucho temor, entre los de arriba, a que se
produzcan estallidos de lucha como los que sacudieron a Brasil.
Frente a esto,
tiene una enorme importancia el paro nacional, que unifique las
luchas, y coloque a los trabajadores y el pueblo, con sus reclamos, en el
centro de la escena política; y que eso tiña el tablero electoral de octubre.
6. Una gran
batalla política
Las clases
dominantes trabajaron para marcar la cancha en el terreno electoral. Los grandes
multimedios, los K y los anti K, fueron ocupados casi totalmente por los
publicitados del sistema. Estos,
además, tuvieron fondos a discreción para sus campañas. El gobierno nacional y
la mayoría de los de provincia usaron descaradamente recursos y medios del
Estado para sus campañas. Ni el Papa Francisco se salvó de la foto de Cristina
K con Insaurralde.
Fue en esas
condiciones de un terreno dominado por los de arriba que se desarrolló la
campaña política de las fuerzas populares, tanto de los frentes que integramos,
como de otros sectores de la izquierda, progresistas, etc. Ha sido un enorme
esfuerzo de cientos y cientos de compañeros y compañeras que tomaron la campaña
en sus manos y la llevaron a las masas. Trabajadores, mujeres y jóvenes, que
asumieron esa gran batalla política que ha sido fundamental, y en muchos casos fundacional, porque se llegó a la
constitución de los frentes, en muchos casos, con apenas un par de meses para
hacer conocer su existencia, sus candidatos y sus programas.
7. Los resultados
En esas
condiciones, pudimos derrotar la trampa de las PASO en11 provincias, la Capital Federal y numerosas
localidades: la Alianza Frente Progresista en Río Negro con
56.247 votos (16,69%), Alternativa Popular en Tucumán con 31.803 (3,81%), el
Frente Progresista Cívico y Social en Córdoba con 62.315 (3,31%), el Frente
Unidad Sur en Chubut con 9.255 (3,27%), la lista Paso al Frente con 18.394
votos en la interna del Frente Amplio Progresista en Entre Ríos que tuvo el
8,37% (trabajamos junto con UP en la lista interna en el FAP con 17.082
(3,08%)), el Frente Progresista Sur en Neuquén con 9.681 (2,86%), Camino
Popular en la Capital Federal con 40.961 (2,17%), el Frente del Pueblo en Santa
Cruz con 3.190 (2,12%), el Frente Popular en San Juan con 8.043 (2,07%), junto
al MST en Salta con 9.524 (1,58%), el Frente del Pueblo en Santa Fe con 30.747
(1,73%).
En la provincia de
Buenos Aires el Frente Popular, Democrático y Social, PODEMOS, que integramos
junto con UP y el MST, sacó 101.243 votos (1,17%). Derrotó
la trampa de las PASO en
la 2° y 8° (La Plata) Secciones, y en los partidos de Ensenada, Berisso,
Magdalena, Quilmes, Avellaneda, Lanús, Mercedes, San Nicolás, Sarmiento,
Pergamino, Mercedes, Salto, Gral. Viamonte, Junín, Lincoln, Trenque Lauquen,
Chascomús, Pinamar, Coronel Rosales, Saladillo, y otras. En otras provincias
también se derrotó la trampa de las PASO en municipios.
Para las dos
derechas, la K y la anti K, el pueblo lo único que tiene que hacer, en
política, es votar. Para las fuerzas populares, la política es impulsar las
luchas, la unidad para la lucha, fortalecer las corrientes clasistas y
antiimperialistas, la unidad en las multisectoriales, construir los frentes
para antes, durante y después de las elecciones, difundir el programa,
conquistar la personería del PTP y fortalecer el PCR. Y en relación a todo esto
peleamos el voto. Sobre esa base valoramos el esfuerzo realizado, hasta dónde
llegamos, y sacamos enseñanzas de lo que hicimos bien, lo que tenemos que
mejorar y qué cosas corregir.
En resumen,
valoramos los pasos que damos en la lucha y en las elecciones, para profundizar
el camino del Argentinazo; preparándonos para las nuevas batallas que lleven a
conquistar un gobierno popular, patriótico, democrático y antiimperialista,
hegemonizado por la clase obrera.
Autor: Ricardo Fierro
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