ESTRATEGIA MAOÍSTA Y EDUCACIÓN
“Antes
y después de la proclamación de la Revolución Popular, Mao Tse Tung mostró particular
interés en transformar los sistemas educacionales: ´la transformación de la
vieja educación escolar y de la vieja cultura social debe ser realizada sistemática
y cuidadosamente´. Insistió repetidas veces en este problema: `Debe acortarse
el período de estudios, debe hacerse una revolución en la educación´. Conforme
al principio `menos pero mejor´, propició la reducción de asignaturas, la
reforma de los métodos de examen y la abolición del sistema de saturar mecánicamente
de conocimientos, para suplantarlo por el método de la aplicación práctica de
la enseñanza, desarrollando el sentido de la iniciativa del estudiante, esto de
fundamental importancia en la postrada China que salía de la guerra civil con
un bajo nivel científico y urgente necesidad de técnicos.”
“Estas
premisas educacionales, fijadas ya en Yenán y que se imponen ahora en el marco
de la Revolución Cultural, constituyen los elementos fundamentales de la
estrategia maoísta y de ningún modo una improvisación táctica, como entienden erróneamente
algunos observadores occidentales. “
“Se
culpa principalmente a Liu Shao-chi (NR: uno de los gestores de la China imperialista de hoy) de oponerse a la
realización de estos proyectos de Mao Tse Tung sobre la enseñanza. El `Jruchov
chino´, autor de otrora famoso y actualmente condenado libro `Sobre la
autocultivación´ (NR: La
obra de donde se extrae este texto es de 1969), en su apología del pragmatismo recomendaba a los
estudiantes que en vez de prestar atención a lo que ocurría en el exterior de
las aulas, debían concentrarse enteramente en sus estudios. Mientras la tesis
de Mao Tse-tung indicaba que el ejercicio de la política era fundamental para
el conocimiento: `no tener una correcta concepción política equivale a no tener
alma´; Liu Shao-chi, por lo contrario, aconsejaba al estudiantado abstenerse de
la acción política fin de evitar `desatender su propio oficio.”
(...)
“Mao
Tse Tung había propuesto la simplificación de los exámenes, inclusive su
anulación, suplantándolos con aplicaciones prácticas donde el alumno podía
recurrir a la consulta de libros. Por el contrario Lu Ding-yi (NR: seguidor de Liu Shao-chi) introdujo el sistema de exámenes sorpresivos, que podían
producirse en cualquier día y hora sin ningún anuncio previo, que formaron un
ambiente de tensión en el estudiantado, posiblemente creado con el fin de despolitizar
los centros de enseñanza. Además se estimuló el estudio con un sistema de
calificaciones competitivas, incluyéndose premios con medallas de plata y oro, estableciéndose
asimismo el grado de eficacia de una escuela conforme al número de sus alumnos
admitidos en institutos de enseñanza superior. ”
Bernardo
Kordon. China o la revolución para siempre. Editorial
Jorge Álvarez. Buenos Aires. 1969.
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