La muerte del genocida
y entreguista Videla
17/05/2013
La
muerte del dictador Videla ha vuelto a poner sobre la mesa el balance del golpe
del 24 de marzo de 1976 que derrocó al gobierno constitucional de Isabel Perón,
e instauró la dictadura más feroz que se abatió sobre nuestra patria en
el siglo 20.
Los sectores vinculados al oficialismo
tratan de darle al gobierno un protagonismo que los Kirchner no tuvieron ni
durante el golpe, y menos en la resistencia popular a la dictadura genocida. Otros,
como el periodista Jorge Lanata, mienten diciendo que todos los partidos
políticos apoyaron al golpe, y vuelve sobre la teoría del “enano
fascista”, planteando “¿qué quedó de la dictadura en nosotros”?
Nuestro PCR tiene el mérito histórico de
haber enfrentado el golpe, al que denunciamos desde fines de 1974, cuando
planteamos que en la Argentina se abrían dos trincheras: la golpista y la
antigolpista. Pugnando por unir a todas las fuerzas patrióticas y democráticas
para enfrentar el golpe de Estado, nuestro Partido, luchando por las libertades
democráticas y demás reivindicaciones obreras y populares, tuvo una propuesta
de gobierno de frente único antigolpista, una plataforma de emergencia y la
consigna de armar al pueblo para enfrentar y derrotar el golpe. En esa lucha
tuvimos mártires, como Daniel Winer, Enrique Rusconi, los asesinados en mayo de
1975 en La Plata.
Denunciamos ese golpe, porque sabíamos
que los sectores de las clases dominantes (imperialistas, burgueses
intermediarios y terratenientes) que se instalaron en el poder el
24 de marzo de 1976 coincidían en ahogar el proceso de masas abierto en 1969 y
terminar con el gobierno peronista, para llevar adelante un plan de hambre y
superexplotación de la clase obrera y el pueblo en beneficio de los
imperialistas y los terratenientes.
Y denunciamos también, lo que nos ha
ganado el odio que perdura hasta hoy de muchos enemigos del pueblo, que había
un rasgo distintivo en ese golpe: la participación protagónica de lo que en ese
entonces llamamos el socialimperialismo soviético, es decir la clase dominante
que usurpó el poder en la Unión Soviética y transformó a ese país en una
potencia imperialista, que por aquellos años disputaba palmo a palmo la
hegemonía mundial con los Estados Unidos.
La muerte de Videla también reaviva el
debate sobre la política de derechos humanos de este gobierno, que pretende
apropiarse de décadas de lucha popular por el juicio y castigo a los culpables
del genocidio, administrando juicios a cuentagotas, persistiendo en la negativa
a abrir los archivos de los servicios secretos del Estado, lo que ayudaría a
avanzar en conocer la responsabilidad de muchos que no están siendo juzgados,
el paradero de los 30.000 desaparecidos, y de los niños apropiados.
Tanto el gobierno como sus opositores
dentro de las clases dominantes tratan, además, de deformar la historia,
ignorando o minimizando la extraordinaria lucha popular que, desde los
socavones de la resistencia, con paros desde el mismo día del golpe como los
promovidos por la dirección clasista encabezada por René Salamanca en las
fábricas del Smata Córdoba, fue desgastando a la dictadura, lo que junto a la
valiente lucha encabezada por las Madres de Plaza de Mayo, creó las condiciones
para que la dictadura encabezada por Videla no se eternizara en el poder
durante décadas, como ocurrió en otros países.
En este día, volvemos a comprometernos a
redoblar la lucha por el castigo a todos los responsables materiales y
políticos de los secuestros y asesinatos de los mártires del PCR, la JCR, y los
30.000 detenidos desaparecidos. No olvidamos, no perdonamos.
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