1982- 2 de abril - 2013
Argentina: indefensa frente a la agresión colonialista
El 2 de abril de 1982 fueron recuperadas para la soberanía nacional las
islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. La agresión del imperialismo
inglés, posterior a este acto, impuso a la Argentina una guerra nacional que
duró hasta el 14 de junio.
La guerra por las Malvinas fue una guerra justa desde el punto de vista
nacional; desde el punto de vista de la contradicción entre los países
imperialistas, opresores, y los países dependientes, oprimidos. 649 patriotas
dieron su vida defendiendo la soberanía nacional de la agresión colonialista
británica. A 31 años de aquella gesta, los comunistas revolucionarios, como
señala nuestro programa, ratificamos nuestro compromiso de luchar por la
restitución de los territorios usurpados, la soberanía plena sobre nuestra
plataforma continental y el Sector Antártico Argentino.
Plebiscito colonialista
Asistimos días pasados al “referéndum” en el cual los británicos
residentes en Malvinas votaron por continuar siendo británicos. En 1967 en
Gibraltar, realizaron un plebiscito similar que las Naciones Unidas rechazaron
por considerar que la población del Peñón no era originaria del lugar, sino
inserta, y quedaron delineadas dos situaciones: a) La de los países sometidos a
la situación de colonias con derecho a la autodeterminación, y b) La de los
países a los cuales se les cercenó una parte de su territorio, y se lo
convirtió en colonia, caso en el cual lo preponderante es la restitución de la
integridad nacional.
La ocupación colonial de Malvinas corresponde al segundo caso: un país,
Argentina, al que se le cercenó una parte de su territorio por medio de una
ocupación colonial. Esto sólo puede resolverse por la restitución de la
integridad territorial, devolviendo los territorios ocupados. La independencia
kelper y su constitución en Estado Asociado a la Comunidad Británica de la
Naciones, tampoco es justicia: es mantener el cercenamiento territorial, bajo
otras formas.
Malversando la Resolución Nº 2065 de la ONU referida a la cuestión
Malvinas en la que dice: “respetando los intereses de los habitantes de las
Malvinas”, los británicos interpretan la palabra intereses como “deseos”. Los
intereses, dicen, son materiales y morales, entre los morales están los deseos,
entre los deseos la decisión de si van a seguir siendo británicos,
“independientes”, etc. Entonces, pretenden introducir a los kelpers en la
discusión, en pie de igualdad con la Argentina como tercera parte, invocando el
derecho a la autodeterminación.
No es este un proceder nuevo de parte de Inglaterra, que vuelve una y
otra vez a su táctica de “respetar los deseos de los kelpers” (que son
británicos) para no cesar con la ocupación colonial. Por ello Cameron ha
repetido: “dado que las Falklands (Malvinas) mantienen su interés en permanecer
como un territorio soberano británico, deben permanecer de esa manera, y no hay
nada más que decir al respecto”.
Simultáneamente con el plebiscito británico, Inglaterra movilizó nuevas
unidades militares a Malvinas. El centro de gravedad de la acción militar
británica en el Atlántico Sur está en Malvinas, allí instaló la base militar
extranjera más importante de América Latina: Mount Pleasant. Aviones de última
generación, buques de guerra modernos, submarinos de propulsión nuclear y
centenares de soldados, componen la fuerza militar de ocupación colonial sobre
nuestros territorios. Un tercio de la inteligencia militar británica está
enfocada en el Atlántico Sur.
El antecedente más próximo a la maniobra británica del plebiscito, fue
la imposición del nombre de “Tierras de la Reina Isabel” a un área de 437.000 kilómetros
cuadrados, ubicada en la parte sur del territorio antártico.
La zona abarca una superficie aproximada de 1.709.400 kilómetros
cuadrados. Todo el Sector Antártico Argentino y la mayor parte del chileno, es
reivindicado como propio por Inglaterra que lo denomina Sector Antártico
Británico, y la UE reconoce mediante el Acuerdo de Lisboa de diciembre de 2007.
Las pretensiones sobre el Territorio Antártico Argentino y Chileno son
parte de las aspiraciones coloniales de Inglaterra que involucran, además de la
Antártida, las Malvinas, y demás archipiélagos australes, mares adyacentes y
plataforma continental argentina, en total más de 5 millones de kilómetros
cuadrados. Desde esas posiciones el Reino Unido amenaza la integridad territorial
de la parte continental de nuestra Patria y sur de la América del Sur.
La Argentina indefensa frente a la
agresión colonialista
Luego de la derrota en Malvinas, las potencias mundiales, especialmente
Inglaterra, impusieron su “castigo infinito” contra nuestro país. Mediante los
Acuerdos de Madrid, los gobernantes argentinos aceptaron todas las imposiciones
británicas que incluyeron el desarme total y la liquidación del patrimonio
nacional.
El conjunto de la industria de defensa nacional fue liquidado: Altos
Hornos Zapla, Fabricaciones Militares, astilleros, fábrica de aviones, etc.,
proyecto Cóndor, Plan Nuclear nacional, etc. También YPF y otras empresas
estratégicas fueron privatizadas. Se suprimió el sistema de defensa de tierras
de frontera y Cristina Kirchner permitió la construcción y operación de un
aeropuerto británico en Puerto Lobos, Río Negro, a solo dos horas de avión
desde Malvinas. Las fuerzas militares argentinas desmanteladas, carecen de una
hipótesis de conflicto con el colonialismo inglés u otra potencia imperialista.
El hundimiento del Santísima Trinidad, la caída de un avión en Santiago del
Estero, la confesión de Garré de que tenemos munición solo para dos horas de
combate (que además es importada), etc., demuestran palmariamente que nuestro
país está indefenso frente al imperialismo y el colonialismo.
Las fuerzas militares están organizadas para actuar en misiones
militares al exterior, cumpliendo funciones de policía bajo el mando militar de
potencias imperialistas, (política diseñada por la dupla Menem-Balza) y de
conflictos internos como quedó demostrado con el denominado “Proyecto X” y
otras acciones represivas del gobierno.
La desmalvinización tiene como objetivo hacer olvidar la decisión de
Argentina, de recuperar para su soberanía las Islas Malvinas usurpadas en 1833.
La desmalvinización repudia y castiga a quienes combatieron contra el
colonialismo inglés, por romper los principios impuestos por las potencias
dominantes y por enfrentar el orden imperialista establecido, lo que se produjo
por encima de la desastrosa conducción de la guerra por la dictadura y en las
difíciles condiciones de represión fascista impuestas por ésta. La
desmalvinización es una política de Estado que se compromete a no afectar y
proteger los intereses británicos.
La presidenta pone como objetivo excluyente reabrir el diálogo con los
ingleses. Es justo plantear reabrir el diálogo, pero la cuestión es qué y cómo
se discute. No se puede repetir un diálogo que le dé tiempo al colonialismo
inglés para consolidar su usurpación. Además, diálogo sin capacidades
defensivas que lo respalden, se torna inútil para los intereses soberanos
argentinos.
La situación exige firmes respuestas concretas que el gobierno no
realiza. Estas incluyen entre otros puntos: la denuncia de los Acuerdos de
Madrid, la derogación de la Ley del Acuerdo de Garantía de Inversiones con Gran
Bretaña firmado en Londres el 11 de diciembre de 1990, y ratificado por Ley Nº
24.184. Suspensión inmediata de todo pago de deuda externa a Gran Bretaña.
Anulación del canje de la deuda promovido por el gobierno a manos de bancos
extranjeros, entre ellos el Barclays británico. Expropiación de las tierras de
Lewis y su aeropuerto en Río Negro y demás latifundios de capitales ingleses.
Estatizar las acciones de la Brithis Petroleum en Pan American y de la Shell
como parte de la reestatización de todo el sector petrolero. Anulación de todas
las concesiones mineras de capitales ingleses. Sanción efectiva en sus
inversiones en Argentina a toda empresa que participe directa o indirectamente
en la explotación colonial de nuestras Malvinas y Plataforma Continental.
Reglamentación y cumplimiento inmediato de la Ley 26.659. Prohibición por Ley
Nacional de la permanencia, amarre o abastecimiento u operaciones de logística
en territorio argentino de buques de bandera británica, “kelper” o de
conveniencia, que realicen tareas relacionadas con la exploración, explotación,
perforación de recursos naturales y presencia de buques militares, dentro del
ámbito de la cuenca de las Islas Malvinas sobre la plataforma continental
argentina.
Autor:
Alberto F. Cordelli
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